Creo que la misma palabra "piratería" produce dolor de cabeza a la mayoría de creadores. Cineastas, escritores, músicos y desarrolladores de juegos se unen contra la piratería en una lucha constante que parece no tener cuándo terminar, lucha que pierden día a día con tristeza al ver sus valiosas creaciones colgadas en internet para que cualquiera venga y se la robe. Así de fácil.
La aparente respuesta lógica es luchar contra ella y es precisamente esto lo que nuestros queridos creadores intentan hacer, hasta que eventualmente se estrellan al darse cuenta que no pueden contra ella, que tiene tantas formas y es tan masiva que taparla por un lado sólo logra que se escape por otro. Algunos se frustran tanto que dejan de hacer lo que aman, dejan de crear por miedo a que los pirateen. Otros inventan nuevas formas de bloquear la piratería, restringen el acceso a sus creaciones... y nada parece funcionar. Piratería de mierda! No? No tanto. Propongo una alternativa.
La gente roba cuando no les importa la persona o marca a la que están robando. Nadie sensato le robaría a su familia o amigos, o a quienes pertenecen a ese muchas veces reducido círculo de gente que realmente les importa. Lo mismo pasa con la piratería. Pongo un ejemplo: tu mejor amigo saca su primer libro, está feliz! Qué haces, lo compras para ayudarlo o lo pirateas? De la misma manera, piratearías a tu creador favorito, si es que pone un precio justo para acceder a su creación y demuestra que realmente se preocupa por darte algo verdaderamente bueno?
Kevin Roberts habla sobre las Lovemarks, marcas que amas y sigues. Marcas a las que nunca traicionarías y menos robarías. Mi alternativa va por ese lado. Vemos todos los días que luchar contra la piratería es inútil. Entonces, por qué no intentar convertirnos en Lovemarks también? Creadores, demuéstrenle a sus seguidores que realmente los quieren y ellos los querrán de vuelta. Cómo lograrlo? Acérquense, relaciónense con ellos, escúchenlos, háganse sus amigos y pongan precios accesibles. No les robarán.
